Columna de Opinión: Despido de Funcionarios Públicos, ¿Necesidad de la empresa?

Columna de Opinión: Despido de Funcionarios Públicos, ¿Necesidad de la empresa?

23 Marzo 2014

¿Se podría entender una decisión de este tipo, cuando el nuevo “jefe” argumenta que ha perdido la confianza de un funcionario de la repartición?

César Araya Zar... >
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Esta Carta la escribí con ese título el 8 de diciembre de 2011, y me refería a una necesidad de la empresa, por el perfil que tenían las autoridades que en ese momento dirigían el país. Hoy esta misma situación se hace presente pero, en un Gobierno que dice respetar los derechos de los trabajadores, pero que ha dado muestras ya sea, avalando desvinculaciones o guardando silencio en algunos casos.

En esa época, la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) en el marco de la negociación por el reajuste salarial, denunció una serie de desvinculaciones en el sector, que de acuerdo a los testimonios de quienes habían sido afectados por esa medida, especialmente en la Región de Atacama, parecían no tener justificación técnica, ya que, las calificaciones obtenidas por dichas “personas” en las evaluaciones de logro que realizan las mismas instituciones, los dejaban en lista 1, algo que no se entendía y me llevó a pensar que las acciones que adoptaban los “jefes” obedecían más a elementos subjetivos que a consideraciones avaladas por un informe técnico de calidad.

¿Puede un Ministro, Intendente, Gobernador, SEREMI, Director Regional de un Servicio o Alcalde en nombre de los lineamientos políticos de un gobierno desvincular a un profesional eficiente que ha sido evaluado de muy buena manera por la comunidad a la que sirve y por la misma institución a la que representa?

Personalmente creo que si puede, pero no debe, ya que, la persona que va a desvincular generalmente es la que ha obtenido el cargo por sus años de servicio o a través de un riguroso y costoso proceso de selección, que finalmente en una terna es “elegido” por la autoridad y se convierte en un colaborador de su confianza y al servicio de un programa de gobierno, pero que igualmente a partir de sus capacidades, puede ser útil a las políticas de estado, que favorecen a la comunidad en general.

Entonces ¿Se podría entender una decisión de este tipo, cuando el nuevo “jefe” argumenta que ha perdido la confianza de un funcionario de la repartición? Y ojo que hoy no se salvan los que ingresaron justamente, con el Sistema de Alta Dirección Pública. (ADP).

Esa decisión no se entendería, a no ser que el “jefe” se entere por otras personas que su empleado estrella milita en una colectividad distinta o tiene ideas políticas distintas a la del gobierno de turno. Que su orientación sexual no está de acuerdo a lo que establece la “Ley natural de Dios” o simple y llanamente porque este funcionario bien evaluado, podría brillar más que él y se convertirá en una amenaza que no le permitirá ejercer el liderazgo a su antojo. Por mi parte, aun así, seguiría sin entenderlo.