Cambio de Gabinete: Piñera acerca a sus enemigos

Cambio de Gabinete: Piñera acerca a sus enemigos

22 Julio 2011

Más la desarticulación que la articulación de un Gobierno deja como sensación un cambio ministerial que intriga y no resuelve, aún con el beneficio de la duda que todo político merece.

Luis E. Marqués... >
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El cambio de Gabinete reciente tuvo grandes costos ante la necesidad imperiosa y personal de Piñera de mantener a su Ministro del Interior, con quien mejor se entiende, el único que hace de operador de los deseos del Presidente de la República. La incondicionalidad del Ministro es un elemento esencial en la vida del Presidente.

Así las cosas, Sebastián Piñera acerca a su mesa dos enemigos viscerales: Evelyn Mattei y ahora a Pablo Longueira Montes. Es una buena y antigua táctica, pero muy peligrosa en la conducción de materias públicas.

Las tensiones no se harán esperar, bastará una declaración de Longueira, asistido del Espíritu Santo que lo conduce, para que el Presidente lo desmienta y la explosión será instantánea. El estilo Longueira es radicalmente opuesto al estilo Piñera. Sus negocios son paralelos, no conjugan.
En el último Comité Ampliado de Cauquenes, se violaron todas las normas estatutarias de la UDI, a tal punto que hoy existe un Recurso ante el Tribunal Electoral en contra de tal reunión de élite en la cual se cambiaron las directivas sin respeto alguno a la Ley y a los militantes que no tuvieron participación alguna en la materia.

Además de esto, el cambio de Gabinete deja otros heridos en el camino, seguramente cuando le impongan a Rancagua una senadora que deje de lado a Alejandro García-Huidobro, o en otros ámbitos deje de lado las aspiraciones senatoriales de Angélica Cristi o de Iván Moreira, irán generando más tensiones y problemas al interior de una coalición de gobierno muy disímil y poco cohesionada.

No hay elementos nuevos en el Gabinete que nos ofrece el Presidente de la República, salvo las expectativas crecientes de los sectores en conflicto y la oposición política que saca ventajas inmensas de estos vacíos de quienes creen que la nación se conduce igual que una empresa.
La carencia de criterio político químicamente puro es el problema más serio del Gobierno actual, el desdén que por lo político se siente los traiciona.

Al no tener una vocación democrática, la UDI conduce sus negocios de manera muy distinta al resto de quienes votaron por Piñera, y así la naturaleza del grupo gobernante se ve alterado.
Hay metas de crecimiento que se han superado, pero no las metas de progreso para el pueblo. Así sucede en todo orden de cosas, nos queda esperar, esperar es lo que el pueblo hace por siglos, no le es problema seguir haciéndolo.