Bielsa vuelve al fútbol: El retorno del hombre que derrumbó a Piñera

Bielsa vuelve al fútbol: El retorno del hombre que derrumbó a Piñera

10 Julio 2011

Pocos lo recuerden, pero la gran debacle del presidente en las encuestas comenzó conla polémica salida de Harold Mayne-Nicholls de la presidencia de la ANFP, que dejaba a Bielsa fuera del proceso.

Jaime Caucao >
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Por Jaime Caucao G.

Quizás pocos lo recuerden, pero la gran debacle del presidente en las encuestas comenzó con un hecho que marcará a fuego la historia del fútbol chileno: la polémica salida de Harold Mayne-Nicholls de la presidencia de la ANFP, que dejaba a Bielsa fuera de un proceso que el rosarino se esmeró en defender. A pesar de que la agonía continuó con Sergio Jadue, la salida definitiva del técnico argentino en febrero de este año terminó por consolidar la renovación de los poderes que se hicieron cargo del fútbol nacional.  Este artículo es la confrontación de dos estilos que han marcado una mirada sobre la forma de hacer política desde el fútbol.

Una vez discutí con un amigo sobre la importancia del fútbol en la vida cotidiana de la gente. Él argumentaba (con toda justicia) que el fútbol sólo era un deporte que atraía a los idiotas, quizás citando a Borges cuando dijo: “el fútbol es popular sólo porque la estupidez es popular”. Yo, junto con darle la razón a mi amigo y al escritor argentino, repliqué con una frase del ex técnico del Liverpool, Bill Shankly, quien una vez dijo lo siguiente: “Hay tontos que creen que un partido de fútbol puede ser una cuestión de vida o muerte. Se equivocan, ¡es algo mucho más importante que eso!”. Pues bien, ahora que el país se debate en tres grandes frentes comunicacionales (el derrumbe de Piñera en las encuestas, la revolución estudiantil y la participación de la selección chilena en la Copa América) conviene detenerse un minuto sobre la figura de un hombre cuya verdadera importancia para la historia mediática reciente, ha sido subvalorada o, mejor dicho, depositada bajo la clásica alfombra de la sociedad chilena. Y es que Marcelo Bielsa, el mismo entrenador que rehuyó un trato más “ameno” con el presidente en Juan Pinto Durán y en La Moneda, acaba de ser confirmado como nuevo técnico del Athletic de Bilbao, el equipo del país vasco, en España.

El rosarino llega de la mano del recién electo presidente Josu Urrutia, con quien se comprometió a trabajar antes de la elección. Leyendo las redes sociales chilenas, era posible advertir críticas al argentino por haber manifestado abiertamente su preferencia política. Y eso a lo que muchas personas llaman intervencionismo, yo le llamo coherencia. Bielsa, que salió de Chile por desvincularse de un sector dirigencial que no le acomodaba, hoy vuelve al fútbol junto a un grupo de dirigentes vascos cuyo proyecto y valores comparte. Si hay gente que se pregunta cuáles son los motivos para que Bielsa pueda volver sólidos sus proyectos (no digamos exitosos, pues los defensores del resultado saldrán hablando de copas), aquí hay precisamente uno: el proyecto se consolida porque es coherente, porque tiene una ideología que lo subyace, porque prima su credibilidad ante el jugador por sobre el populismo.

Volviendo a mi amigo, el que dudaba de la importancia del fútbol en la vida de la gente, tuve que recordarle varias estadísticas e historias de terror que demuestran su real valor. Le conté que el Mundial de 1978, en Argentina, iba a ser saboteado por opositores al régimen militar de Jorge Videla, pero la operación fue advertida por el gobierno condenando a la muerte a muchos detractores, varios de los cuales fueron torturados en la base de la ESMA, a pocas cuadras del estadio Monumental de River. Le hablé de las presidencias honoríficas con que diversos dictadores fueron honrados por los clubes más populares de su respectivo país. Le conté que en Chile, si Colo-Colo gana, los diarios aumentan sus tiradas por miles. Le conté de la gigantesca danza de millones de dólares que mueve la industria. ¿Qué mejor que estar cerca de un equipo de fútbol exitoso? El poder que se alcanza es económico y es cien por ciento poder comunicacional. Se mantiene con la mente ocupada a las masas. El pan y el circo, tan antiguo como los juegos romanos.

La salida de Harold Mayne-Nicolls y de Marcelo Bielsa de la conducción del fútbol nacional, siempre tuvo un justificado velo de sospecha de una intervención empresarial y política. Varias personas (Bianchi, entre otros) acusaron tener pruebas, pero en medio del escándalo y el tiempo, todo aquello se fue diluyendo. Piñera, el día que se firmó la salida de Bielsa, hizo un llamado a “reflexionar a quienes habían provocado su salida”, olvidando que cuando inició el incidente, él era accionista mayoritario de Colo-Colo, el club que tenía como presidente a Gabriel Ruiz-Tagle (actual sub secretario de deportes) y que inició el lobby para terminar con el ciclo Mayne-Nicholls. Si aquello no eran intereses cruzados entre el ámbito público y el privado de dichos personeros, es difícil saber qué lo podría ser. Al final, la presidencia fue tomada por Sergio Jadue, de quien se presentaron documentos en cámara que certificaban acusaciones de estafa y de violencia intrafamiliar. Como siempre, la “pasión del hincha” terminó por olvidarlo.

Hoy, los que usan el término “viuda de Bielsa”, pueden ser agrupados (grosso modo) en 4 grupos: 1) Los que se molestaron por su actitud con el presidente, porque no respetó a una autoridad, y no respetó a la patria y no respetó varias cosas más, entre ellas, nuestro clásico doble estándar 2) Los adolescentes que nunca vieron a antiguas selecciones chilenas hacer el ridículo, y que piensan que siempre tuvimos un equipazo. 3) Los hinchas a quienes mueve la “pasión”, los que hacen masa y compran los productos y a los que no les importa quién ni cómo se hace cargo de la institución de la que son fanáticos. 4) Los que no saben ver un carajo de fútbol, los que siguen diciendo que Messi es malo, que el Barça juega mal y que Chile no hizo nada con Bielsa. Es decir, los que ven todo al revés. O que ya, derechamente, no ven nada.

Y mientras los hechos se concatenan (el escándalo de la ANFP, problemas en la reconstrucción tras el terremoto, el escándalo financiero de La Polar, las demandas estudiantiles, etc.) uno como espectador comienza a extrañar aquellos valores que le dan consistencia a un gran proyecto. Hoy, los estudiantes de Chile marchan por la calle exigiendo una educación sin lucro, y piden a la clase política tener valores por sobre intereses. Ellos demuestran día a día que no sólo se trata de predicar las propias virtudes, sino que también hay que buscar la honestidad y la coherencia, dos valores que siempre, siempre serán premiados a largo plazo. Así, mientras unos comienzan a verse atrapados en las propias trampas que tendieron y se desmoronan, otros inician un nuevo camino que, independiente de su éxito, está fundado sobre rocas. Aunque la marea suba y las olas golpeen con fuerza, siempre dejarán una reliquia que los arqueólogos del futuro, sabrán valorar algún día.