Un problema real, una solución fatal

Un problema real, una solución fatal

14 Julio 2020

El retiro del 10% de los fondos, es una medida populista que significará “pan para ahora y hambre para mañana” y existen otras formas financiar estos recursos para las personas y familias chilenas afectadas por la “pandemia económica”.

Carlos Martin P... >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Existe un antiguo aforismo que dice “El camino al infierno, está lleno de buenas intenciones”.  Este refrán que es propio de la sabiduría popular, se aplica a la reciente aprobación en lo general en la cámara de diputados, del proyecto de reforma constitucional para autorizar el retiro por una única vez, mientras dure el estado de excepción constitucional, de hasta un 10% de los fondos previsionales, con un tope de 150 UF y con el objetivo de superar los problemas económicos que viven muchas familias de Chile producto de los efectos de la pandemia.

Ver también: El desafío pendiente

El gobierno ha tomado medidas concretas y que benefician a la mayor parte de los habitantes de este país y que en parte al menos, pueden paliar los referidos daños que padecen muchas familias, especialmente las más vulnerables y pertenecientes a los sectores medios. Lo anterior no significa que se puedan perfeccionar las medidas tomadas a la fecha y a las que en lo específico me referiré más adelante como corolario final.

El proyecto de reforma constitucional es “un camino al infierno” más allá de “las buenas intenciones” y de la sensibilidad social que se debe tener en estos delicados momentos. Y esto podemos resumirlo en que el retiro del 10% de los fondos desde la cuenta de capitalización individual, generará un daño previsional al afiliado y un daño económico al país.

En primer término, el retiro masivo de los fondos, significará poner en venta los distintos instrumentos financieros en donde se encuentran invertidos nuestras cotizaciones previsionales. No se encuentran en dinero en una cuenta, si no, que en instrumentos de inversión mayoritariamente fuera del país y de renta variable, lo que significará indudablemente una baja del valor de estos instrumentos por la sobreoferta, lo que  desvalorizará en términos importante nuestro ahorro previsional. La mayor parte de este fondo se basa en rentabilidades y no en el capital ahorrado (aproximado los 2/3 de la masa) y estas rentabilidades se verán afectadas, generando una baja en el valor de nuestros fondos por los montos retirados y por una caída importante en su rentabilidad.

Y si se quiere mejorar las pensiones para la época de mayor vulnerabilidad del ser humano, esto afectará al objetivo, generando pensiones más bajas.

En segundo lugar, el retiro de la cuenta individual y el menor valor del fondo ya descrito, provocará un daño mayor, ya que las rentabilidades obtenidas en un futuro, se aplicarán a un monto ahorrado menor, por lo que significarán menos dinero en la cuenta de capitalización individual y que la creación del denominado “pilar solidario” para administrar este nuevo “bono de reconocimiento” que se les entregaría a los trabajadores al momento de pensionarse producto del retiro de fondos, no alcanzará a cubrir la totalidad de lo dejado de percibir. Obvio; si tenemos 100 y la rentabilidad es de un 5% en ese periodo, rentaremos 5. Pero si con los retiros y menos valor del fondo nos quedan 80 a la misma rentabilidad, obtendremos 4. Un 20% menos. Serán menos recursos, afectando la pensión de la mayor parte de los chilenos, especialmente los más pobre. Se estima que las pensiones caerán en promedio en un 10% 

Y si se quiere mejorar las pensiones para la época de mayor vulnerabilidad del ser humano, esto afectará al objetivo, generando pensiones más bajas.

En tercer lugar, será un daño al país ya que es estado deberá endeudarse más. Se calcula que crecerá la deuda fiscal en un 50% de lo acordado a MM US$ 18.000 aumentando lo más probables las cargas impositivas para obtener recursos y financiar estos mayores costos, afectando al crecimiento económico del país y a los propios programas sociales como es el pilar solidario de las pensiones.

Incluso los valores comprometidos pueden ser mayores que los estimados en los primeros estudios.

Que es un mal proyecto; es una opinión de destacados personeros ligados a la economía y políticamente afines a la actual oposición y pertenecientes a sectores de centro izquierda, incluso hoy desde una economistas del Frente Amplio, que entienden, la verdadera “caja de pandora” que significaría la materialización de esta medida. Su opción política no los inhabilita para hacer un juicio objetivo sobre los negativos efectos de concretarse la referida reforma constitucional.  Esto además podría generar la destrucción del sistema de ahorro por razones meramente ideológicas.

Ese ese es el “monstruo” que nos acecha. Una reforma que busca destruir el mejor sistema posible y efectivo para administrar las pensiones por motivos meramente ideológicos y dogmáticos. Deben seguir buscándose mejoras al sistema pero transformarlo en un sistema de reparto o hibrido, no es sustentable en la actualidad, ya que los pensionados constituyen una gran cantidad y los fondos, si son administrados por el estado, los resultados de la gestión serán muy deficientes. Además existiría un alto riesgo de que en un futuro se expropien nuestros fondos o partes de éstos para otros fines económicos o políticos.

En suma: peores pensiones y una carga impositiva mayor a los habitantes de este país para tratar de financiar el sistema.

¿Qué se debe hacer entonces? Sin olvidar que es imposible solventar la totalidad de los efectos de la crisis. La solución pasa por disponer de recursos del tesoro público provenientes de los ahorros y de endeudamiento, en términos responsables y ampliar entre otros, las últimas medidas destinadas a la clase media.

De la acciones ya definidas por el Ejecutivo. Propongo mejorar algunos aspectos y que son coincidentes con las ideas expresadas por muchas personas.

a)       Disponer un bono de $ 450.000 líquidos por 3 meses a todas las familias que tengan un ingreso promedio menor a $ 650.000 per cápita y aumentar el alcance del crédito blando a las mismas familias. Todo lo anterior con un tope en los ingresos familiares de $ 2.600.000 mensuales, dejando afuera de este beneficio a quienes perciban ingresos por sobre esta cifra.

b)      Si las familias se encuentran con ingresos $ 0 aumentar el valor del bono a $ 650.000 mensuales.

c)       Aumentar el CAE a todas la familias y personas que presenten la misma renta promedio y condiciones para ser merecedor del bono y/o crédito.

d)      Aumentar la morosidad para renegociar créditos hipotecarios al menos en 60 días.

e)      Aumentar el subsidio al arriendo hasta un monto de $ 600.000 por concepto del canon

En resumen, el retiro del 10% de los fondos, es una medida populista que significará “pan para ahora y hambre para mañana” y existen otras formas financiar estos recursos para las personas y familias chilenas afectadas por la “pandemia económica” Pagados en parte con recursos de todos los chilenos en un periodo de corto y mediano plazo y no con nuestros ahorros previsionales que nos generarán menos pensiones y como siempre afectarán a las personas más necesitadas de nuestra patria.

Este proyecto de reforma constitucional es regresivo, injusto y técnicamente inapropiado. Soluciona un problema ahora pero abre uno mayor en el fututo. La solución; mejorar la asignación de recursos ahora.

“Un problema real, una solución fatal” y muchos no entienden o definitivamente no quieren entender.