Opinión: La Educación Física y su aporte a una mejor sociedad

Por César Araya Zarricueta, Magister en Ciencias de la Motricidad Humana, Académico del Departamento de Educación Física de la Universidad de Atacama. 

Los integrantes de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación Chileno, (Mineduc), responsables de definir las nuevas Bases Curriculares de la Educación Física y Salud, precisaron que esta asignatura constituye “el centro de la educación escolar”, ya que se enmarca en el “proceso de formación integral del ser humano”. 

Pensamos que la nueva definición implantada por esta Unidad del Mineduc, coloca a esta área del conocimiento en un desafío mayor, ya que, nunca había sido asociada en nuestro país directamente con “acciones que contribuyen al bienestar cognitivo, emocional, físico y social”, es decir propendiendo a la formación integral de un ser humano sano, algo que se agradece y nos emociona. Lo anterior también se suma, a lo establecido en los Objetivos de Aprendizaje Transversales (OAT), complementarios a estas Bases, que en su ámbito actitudinal orientan a la asignatura al desarrollo social y moral de los estudiantes. 

A partir de estos encargos nos preguntamos ¿Cómo puede aportar la Educación Física en la formación de seres humanos más libres y autónomos, más felices y solidarios, más equilibrados y socialmente responsables? 

Para poder dar respuesta a esta pregunta y de que modo orientar el actuar del profesional egresado de nuestra Casa de Estudios hacia el ámbito educativo formal y no formal, es necesario revisar lo establecido en La Ley General de Educación que explicita que el objetivo de la educación es “alcanzar el pleno desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante el cultivo de valores, conocimientos y destrezas, enmarcada en el respeto y la valoración de los derechos humanos, las libertades fundamentales, la diversidad multicultural y de la paz e identidad nacional, generando las condiciones para que los estudiantes puedan conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y contribuir al desarrollo del país” (LGE Art 2°). 

Dicho objetivo hace referencia a la finalidad de la educación, en cuanto al desarrollo de la formación integral de los/as estudiantes a través del aprendizaje de los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y comportamientos que se esperan desarrollen en el plano personal, intelectual, moral y social y en concordancia con esto, las nuevas bases curriculares de séptimo a segundo medio consideran a la asignatura Educación Física y Salud “como un excelente medio de socialización, que permite incrementar la independencia y la responsabilidad del estudiante, involucrándolo en la preparación, organización y gestión de las actividades, lo cual es una vía privilegiada de experiencias de cooperación y solidaridad”. 

Por medio del juego y los deportes, los estudiantes podrán aprender a aceptar su cuerpo y reconocer su personalidad, interactuando con sus compañeros en actividades en donde pongan en práctica los valores personales, sociales, morales y de competencia, como la amistad, la responsabilidad, la inclusión, el respeto al otro, la serenidad frente a la victoria o la derrota, la satisfacción por lo realizado personalmente y el gusto por el trabajo en equipo. 

Los profesores de Educación Física en general y los futuros profesionales en formación, deben dar un sentido a su labor, para que los individuos que están formando y formarán, utilicen la práctica deportiva con normas de comportamiento proyectados en la sociedad en la cual se desenvolverán. 

Ad portas, de un nuevo proceso de acreditación, nuestra Carrera pone gran énfasis en este encargo; lo que involucra hacernos parte de estas normas de comportamiento traducidas en Valores como la rectitud, el altruismo, la lealtad, la igualdad, el respeto a la diversidad, el compañerismo, el trabajo en equipo, la responsabilidad y disciplina, los cuales deben ser abordados en las actividades académicas dentro o fuera del aula, dándole un sentido que permita al estudiante reflexionar sobre en qué momento los debe aplicar y cómo, a través de ellos, puede aspirar a ser, si se lo propone, una mejor persona.