Arribando sin problemas en sus motos y mostrando cada vez más ritmo de competencia, los hermanos Prohens llegaron en perfectas condiciones a San Juan luego de la primera etapa maratón, en la cual no tendrán asistencia técnica tras la carrera. Felipe cruzo la meta en la posición 24 y Jaime en el puesto 34, resultados que los elevaron a los casilleros 30 y 43 en la general respectivamente.

La etapa entre San Rafael y San Juan presentó un enlace de 297 kilómetros y un tramo de 373 kilómetros cronometrados. La jornada se caracterizó por caminos montañosos y duros, y hacía el final de la carrera los copiapinos debieron subir a más de 4.000 metros para luego descender por cerros hasta bajar la bandera cuadriculada en San Juan.

Felipe comentó que esta fue una día muy duro y que se ha notado la preocupación de la organización por replicar las rutas complicadas de antaño en África. El menor de los Prohens señaló que “hoy estuvo muy cansador, la verdad es que todos los días nos hemos encontrado con rutas muy difíciles, eso se notó especialmente en la última parte antes de llegar a la meta. Lo bueno es que no presenté los problemas de ayer con la moto y puedo dormir más tranquilo en esta etapa que no tenemos asistencia”.

Jaime en tanto comentó que “esto cada día se pone más duro, la verdad es que corrí una etapa más relajada para cuidar la moto, pero aun así subir a 4.000 metros de altura cuando ya llevas algunas horas corriendo es muy cansador y el cuerpo lo siente. Lo positivo es que la máquina anduvo excelente para partir con todo mañana nuevamente”.

Para la cuarta jornada entre las localidades de San Juan y Chilecito se esperan 210 kilómetros de enlace y 353 de especial. Además, los pilotos deberán pasar temprano un test de navegación antes de salir a competencia. La ruta de mañana hará que los hermanos copiapinos pasen desde terrenos montañosos a caminos más campestres y blandos, donde será primordial el buen estado en que terminaron sus motos en la etapa de hoy. 

Quintanilla debió abandonar tras fractura de nudillos

Cuando el sol parece derretir el asfalto del Autódromo de San Juan, donde está instalado el campamento Dakar, la tranquilidad de una etapa maratón como la de hoy se vio interrumpida por la presencia de Pablo Quintanilla, quien no encontró manera de disimular su frustración: había quedado fuera del certamen mientras disputaba la tercera etapa.

A un costado del centro médico del bivouac, Quintanilla relató al equipo de prensa del IND lo sucedido: “Hay imponderables que no se pueden manejar. Luego de cruzar un río, una piedra me golpeó la mano derecha y me fracturó dos nudillos”.

Fuera de competencia con su KTM 450 Rally Replica y cuando marchaba 20° en la clasificación general, el piloto indicó “que lamentablemente no puedo concluir la competencia. El año pasado fue por un error mío, pero esta vez es mala suerte. Me voy desilusionado”.

Para confirmar el diagnóstico, la organización trasladó al deportista al Hospital Doctor Guillermo Rawson, de San Juan, distante unos 15 kilómetros del bivouac.