Decir que la crisis hídrica ha golpeado fuerte a la Región de Atacama no es nada nuevo, pero según informó hoy El Mercurio, Copiapó tendría asegurado el suministro de agua potable solo hasta el 2020.

La razones de esto se deben al sobreconsumo de los acuíferos, la permanente sequía en la zona, la que se arrastra por más de 10 años, donde apenas 4,5 miíimetros de lluvias al año, siendo los principales factores de este déficit hídrico.

Además desde la empresa Econssa, administradora del agua potable en la región, el estado de la cuenca es compleja, ya que se extraen 18 mil litros por segundo y la recarga es de solo 5 mil litros por segundo, lo que provoca un impacto en la disposición del servicio en Copiapó, Chañaral y Caldera lo que afecta a afectaría a más de 64 mil viviendas.

El Intendente de Atacama en tanto también se refirió en la semana al déficit del recurso hídrico en la cuenca de Copiapó y fue enfático en declarar que “debido a la situación del agua en Atacama, nosotros estamos trabajando con todos y todas quienes pueden aportar, en un plan de trabajo de corto, mediano y largo plazo. Para nosotros la planta desalinizadora es una solución de largo plazo. Sabemos las dificultades que tenemos con los pozos de agua en el distrito quinto de la cuenca y sabemos que existen descensos importantes en los niveles de agua, por eso es que ya estamos en conversaciones con empresas mineras y distintas entidades para buscar alternativas que nos permitan llevar el agua a nuestro sistema de distribución.

El objetivo del Gobierno es construir y operar una Planta Desalinizadora ubicada en Punta Zorro en la comuna de Caldera, para el abastecimiento de agua potable de las localidades de Caldera, Chañaral, Copiapó y Tierra Amarilla, las cuales se alimentan actualmente de las aguas extraídas de la cuenca del río Copiapó.

Además para evitar cortes de suministro como ya ha pasado en la región en el pasado, se tiene pensado que la empresa Aguas Chañar busque nuevos pozos.