Esta situación es de antigua data: los eventos de contaminación causados por Paipote son recurrentes; hace un poco mas de una década, el viento predominante en ese lugar cambió y llevó los gases hacia Copiapó, provocando una emergencia en toda la ciudad. Sólo este año 2011, según señala la nota, hubo 2 emergencias y 4 preemergencias.
Si la contaminación es real y permanente en Tierra Amarilla, debería comprobarse con la presencia en la población de afecciones respiratorias, de niveles elevados de metales pesados, y de enfermedades o síndromes asociados a la acumulación de éstos en el organismo.
Y claro, los análisis y sus conclusiones deben ser realizados en forma objetiva y metodológicamente incuestionables, de forma que constituyan elementos de prueba indiscutibles, tal que puedan ser llevados inclusive a Cortes nacionales o internacionales. Si hay una relación entre las emanaciones y las enfermedades, ésta debe ser claramente establecida. Así, el grado de aceptación o negación de esos antecedentes mostrará con total claridad la verdadera voluntad de quienes tienen el poder político o económico para hacer los cambios que se necesitan.
Mientras unos se benefician con las actividades de la planta Paipote, otros se enferman y envenenan con sus emanaciones. Esta situación, además de injusta, es inmoral. Por ello no es excesivo o radical postular el cierre de esa faena para que sea trasladada a otro lugar, opción que en mi opinión es la mas sensata, ya que equilibra la salud de la población con las actividades económicas locales. Toda otra opción sólo busca atenuar los problemas, no eliminarlos.
Esta situación es de antigua
Esta situación es de antigua data: los eventos de contaminación causados por Paipote son recurrentes; hace un poco mas de una década, el viento predominante en ese lugar cambió y llevó los gases hacia Copiapó, provocando una emergencia en toda la ciudad. Sólo este año 2011, según señala la nota, hubo 2 emergencias y 4 preemergencias.
Si la contaminación es real y permanente en Tierra Amarilla, debería comprobarse con la presencia en la población de afecciones respiratorias, de niveles elevados de metales pesados, y de enfermedades o síndromes asociados a la acumulación de éstos en el organismo.
Y claro, los análisis y sus conclusiones deben ser realizados en forma objetiva y metodológicamente incuestionables, de forma que constituyan elementos de prueba indiscutibles, tal que puedan ser llevados inclusive a Cortes nacionales o internacionales. Si hay una relación entre las emanaciones y las enfermedades, ésta debe ser claramente establecida. Así, el grado de aceptación o negación de esos antecedentes mostrará con total claridad la verdadera voluntad de quienes tienen el poder político o económico para hacer los cambios que se necesitan.
Mientras unos se benefician con las actividades de la planta Paipote, otros se enferman y envenenan con sus emanaciones. Esta situación, además de injusta, es inmoral. Por ello no es excesivo o radical postular el cierre de esa faena para que sea trasladada a otro lugar, opción que en mi opinión es la mas sensata, ya que equilibra la salud de la población con las actividades económicas locales. Toda otra opción sólo busca atenuar los problemas, no eliminarlos.