¿Qué significa para Copiapó el Centro Cultural Atacama?

¿Qué significa para Copiapó el Centro Cultural Atacama?

25 Enero 2011
Si no ponen reglas para cambiar las conductas, de personas que viven sin Dios ni ley, todo lo que se construye para preservar la historia y continuar entregando cultura se desmorona. Por Nélida Baros Fritis.
Nélida Baros >
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El Centro Cultural, ubicado en la Alameda, era un sueño para los copiapinos, puesto que formaría parte importante del barrio cívico de la alameda Manuel Antonio Matta y que junto a la Sala de Cámara, rodeada por un entorno que presenta algunos monumentos representativos para la historia regional y nacional; proyectan identidad y cultura.
El hermoso y amplio edificio cuenta con salas para reuniones, un teatro magnífico, muy bien alhajado, que cumplió con las expectativas de los artistas y comunidad en general. Un teatro con amplio escenario, cortinajes finísimos, sillas de color rojo, muy bien equipado; fue el broche de oro en las celebraciones del bicentenario. Después de su inauguración, se presentaron grandes espectáculos: “la Pérgola de las Flores”, agrupaciones de danza árabe, concierto de Roberto Bravo; exposiciones de pintura y obras de teatro, etc., llenaron de entusiasmo al público asistente, joven y adulto.
En esa oportunidad, el teatro estuvo lleno, había complacencia en los rostros, el público en general estaba satisfecho de presenciar actividades tan gratas al espíritu.
No todo puede ser perfecto, en esas oportunidades, llamaba la atención ver a algunas personas salir y entrar con bebidas y golosinas, muy pronto los envases quedaron en el piso. A medida que salían los asistentes, el personal del Municipio, encargado del aseo, se dio a la tarea de recoger basura.
Creo que el señor alcalde de Copiapó, junto al honorable Consejo comunal, debería dictar normas respecto a los asistentes a las funciones artísticas. No puede ser que para presenciar una obra de cualquier naturaleza, tengan que estar bebiendo o comiendo en una sala, lo hacen adultos y niños.
¡Claro!, si pensamos que es retrógrado tomar una medida así, reflexionemos: vivimos dejando pasar lo negativo, nos llenamos de orgullo porque tenemos una ciudad rica en historia. ¿Qué dirán los visitantes cuando transitan por sus calles, la plaza y otros lugares?
Las calles sucias, donde abundan los perros vagos y sus dueños no se hacen responsables, aún no tenemos normas sobre la tenencia de perros u otros animales.
¿Por qué los monumentos han sido rayados con graffiti?; ¿sólo por manifestar el descontento con la sociedad, o por barbarie?
¿Por qué se han perdido las planchas de bronce de las estatuas de la Alameda?; ¿por vandalismo o por dinero?
¿Qué pasa con los niñitos en patinetas? Nada mejor que andar jugando en el Centro Cultural, si nos dormimos, pronto tendremos vidrios rotos, rayas por todas partes y la fealdad seguirá invadiendo el espacio.
Estas interrogantes que son sinónimo de trasgresión deberían hacernos pensar en estrategias para revertir la situación y esto correspondería a las autoridades competentes, porque si no ponen reglas para cambiar las conductas, de personas que viven sin Dios ni ley, todo lo que se construye para preservar la historia y continuar entregando cultura se desmorona.
La realidad es que toda la belleza del entorno, se ve distorsionada: por la falta de estacionamientos, los vehículos suben a la vereda, además la Alameda se ve invadida los días viernes por la Feria Libre y por actividades culturales.
Los conos verdes que se pusieron a ambos lados de la calle, están rotos, otros desaparecidos. Parece ser que la aculturación pretende apoderarse del sector que lentamente esta siendo construido con la finalidad de recrear, crear e insertar a los ciudadanos en el mundo de las artes, donde podemos reconocernos e intercambiar ideas, dialogar con la cultura.
Recordemos que todo es cultura y ésta es la expresión más elevada de la identidad y la creatividad del ser humano; si la desplegamos en diversidad se convierte en patrimonio inalienable para la humanidad. Razón fundamental para mantener en permanente dinamismo las diversas expresiones del intelecto, de modo que los artistas en la búsqueda de comprender, sentir y cambiar la realidad, amplían sus horizontes, inculcando nuevos valores, reevaluando la vida misma con la finalidad de tener una sociedad con alma.
FOTO: www.skyscraperlife.com

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