El 5 de enero de 1859, Joe Sierra, Pedro Pablo Zapata y otros rebeldes se tomaron el cuartel de policía de Copiapó, iniciando así la llamada Revolución Constituyente que –a partir de la proclamación de Pedro León Gallo como intendente de Atacama– buscó instaurar en Chile un sistema político-administrativo de corte federal.
Al cabo de varias batallas el ejército subversivo terminó perdiendo ante el poderío bélico del Gobierno nacional, pero aquel proceso quedó grabado en la memoria de quienes sabemos que la historia determina nuestro presente. De hecho, la Revolución significó el ocaso del Partido Conservador y el posterior establecimiento de una república liberal que, al alero de los radicales, dominó durante una de las épocas más esplendorosas del país.
Todavía encontramos resabios palpables de dicho hito, no solamente en los museos, sino también en las calles de nuestra capital regional: la bandera azul con una estrella dorada en su centro es un emblema que ningún atacameño desconoce. Tampoco nadie ignora la importancia de Pedro León Gallo, un líder que fue capaz de unificar a todas las clases sociales es pos de un sueño independentista. Sin embargo, este mismo personaje también ostenta repudio: algunos dicen que actúo por ambición propia, en el afán de asegurar e incrementar sus riquezas mineras, y no para satisfacer las necesidades e inquietudes del pueblo que juraba representar.
El próximo 12 de febrero será lanzado el libro “1859, Retratos y Fuentes para el estudio de la Revolución Constituyente”, de los académicos Guillermo Cortés y Rodrigo Zalaquett, obra que ahonda en los hechos que hoy se conmemoran. Quizás ésta, junto a otras obras que ya han sido publicadas con anterioridad, sea un material sumamente valioso a la hora de mirar el pasado y construirse una opinión formada al respecto.
FUENTE: www.diarioatacama.cl
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